El drama de Al-Hol, un miniestado en pleno desierto para acoger a familiares de ISIS que ha acabado controlado por los islamistas
La crónica del New Yorker se refiere a escuadrones femeninos de la policía religiosa que presionan a las mujeres para que se cubran de pies a cabeza con el negro niqab. Las que desobedecen son llevadas ante tribunales improvisados de la sharia, donde los jueces ordenan azotes y ejecuciones. Células de asesinato matan a tiros a reclusas acusadas de pasar información a las autoridades del campo.
Un plan contra el control islamista
Aunque lentamente y con pocos efectivos, se está intentando imponer justicia en Al-Hol y no justicia divina. Las Fuerzas de Seguridad Interna iniciaron en enero la tercera fase de la Campaña Humanitaria y de Seguridad. Detuvieron a varias personas sospechosas de colaborar con el Estado Islámico y en febrero, a un líder islamista del campamento, responsable de difundir su ideología entre los niños.
Han continuado las operaciones de peinado en el interior de Al-Hol, informa el Observatorio Sirio de Derechos Humanos. Han encontrado armas, como granadas de mano, banderas del ISIS y chaquetas militares. También se han descubierto escondites y trincheras.
Repatriaciones a cuenta gotas
De entre los miles de mujeres y niños que pueblan el campamento, algunas están teniendo la oportunidad de salir a través de planes de repatriación. El pasado 21 de diciembre, 173 familias iraquíes fueron deportadas y la administración de Al-Hol está preparando el traslado de más familias a su país.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, las beneficiadas serán 150 familias. El primer grupo saldrá del campamento en los próximos días. Ocurre a la luz de los acuerdos firmados entre el Departamento de Relaciones Exteriores de la Administración autonómica y los países que tienen nacionales en zonas de la Administración autonómica.