El nuevo Pacto de Asilo y Migración europeo incrementa las preocupaciones sobre los derechos humanos
Este pacto se presentó a la ciudadanía como una iniciativa que tenía la intención de establecer un marco sólido y estable para la gestión común de los flujos migratorios, la identificación de la solidaridad como un valor fundamental y la inclusión de medidas para la integración efectiva de los refugiados, garantizando la protección de los derechos humanos de los migrantes y refugiados.
Nada más lejos de la realidad. El nuevo pacto no solo no ha alcanzado estos objetivos, sino que impulsa un uso generalizado de los procedimientos fronterizos que no hará sino aumentar las violaciones de los derechos humanos, cuestionando la nada clara solidaridad entre los Estados miembros. La presión sobre los Estados en las fronteras exteriores seguirá en aumento.
Desde JRS Europe –Jesuit Refugee Service–, una asociación de protección a los refugiados integrada por 23 oficinas nacionales, ya han reiterado su oposición a este pacto: no pueden respaldar un sistema que permitirá la detención sistemática de miles de personas, incluidos niños, en las fronteras exteriores de la UE.
¿Qué significa este acuerdo?
Además, la decisión de detener a alguien siempre debe evaluarse individualmente y solo considerarse si no son posibles otras medidas menos coercitivas. Las autoridades también deben evaluar siempre si el uso de una medida tan perjudicial es proporcional al objetivo que desean lograr. Ahora es importante asegurarse de cómo los planes de implementación de los Estados miembros garantizarán que estas salvaguardias se cumplan en la práctica.
Tener un abogado cualificado es crucial para garantizar que se respeten los derechos de las personas detenidas. Sin embargo, solo unas pocas personas tienen acceso a abogados. El pacto solo empeorará esta situación. Los planes de implementación deberán garantizar, como mínimo, que las personas retenidas en lugares para el proceso de selección puedan recibir visitas efectivas de abogados y representantes de la sociedad civil.
Los países de la UE en primera línea de entrada seguirán siendo primeramente responsables de examinar las solicitudes de asilo, mientras que no hay obligación y pocos incentivos para que los Estados miembros que no están en las fronteras reubiquen a los solicitantes de asilo. Además, la solidaridad también puede expresarse con contribuciones financieras a terceros países.
Los planes de implementación deben fomentar el uso de la reubicación como medida de solidaridad y, como mínimo, especificar reglas claras, modalidades y mecanismos de responsabilidad para tales contribuciones a terceros países.