En rumbo de colisión
Sin embargo, las acciones hutíes no cesan, la seguridad de la navegación no está garantizada, las comunicaciones de internet están en riesgo, los costes de los fletes crecen y los tiempos de entrega se dilatan. Por ahora, perder, perder para todos los implicados, claro que unas pérdidas son más asumibles y tolerables que otras. Téngase en cuenta que los hutíes llevan en guerra desde 2004, han sufrido casi 400.000 pérdidas humanas y han vivido la peor hambruna de este siglo..
El escenario se dibuja complejo e incierto. No se puede destruir completamente a Hamás. No se puede presionar indefinidamente en la Franja de Gaza a costa de una insoportable cantidad de muertos y heridos palestinos que no deja de crecer. No se puede garantizar el tráfico marítimo en contra de una minoría apoyada por Irán que controla unos 600 km del litoral de Yemen. En definitiva, no se puede vivir permanentemente del “dividendo de la paz” basado en la seguridad que proporciona un país tercero, con intereses diversos, y que puede optar por una solución que solo le beneficie a él.
Para evitar el choque es inevitable cambiar de rumbo, pero ceder es en ocasiones imposible porque el beneficio cortoplacista ciega al que cree tener la victoria a su alcance
Los pesos pesados se van aproximando entre sí sin un objetivo definido. Amagar y no chocar tiene más riesgo del que parece, sobre todo cuando el amago es habitual y el riesgo se subestima. Para evitar el choque es inevitable cambiar de rumbo, pero, ya se sabe, ceder es en ocasiones imposible porque el beneficio cortoplacista ciega al que cree tener la victoria a su alcance.