Israel y Hamás libran una guerra sin fin en el ciberespacio
No era cierto, pero sí creíble: es una app de uso oficial, el mundo pasa por una racha de alta tensión y en el conflicto de Oriente Próximo hay potencias con armamento atómico o en busca de él.
Bandos hacker
El 8 de octubre, un día después del masivo ataque terrorista de Hamás contra Israel, al grupo de hackers Cyber Avengers, próximo a Irán, le atribuyeron las autoridades israelíes un ataque contra el sistema informático de la planta de generación eléctrica Dorad, en Ashkelon. El alcance de los daños no se ha difundido.
Entre una fecha y otra tuvo lugar uno de los picos de actividad en la guerra. A raíz de esa sucesión de golpes, diversos observadores internacionales –entre ellos la firma norteamericana SOC Radar– han contado 70 grupos de hackers propalestinos y 15 que actúan en favor de Israel. En España, expertos del laboratorio de ciberseguridad Arteche han contado 113 grupos de hackers propalestinos, 17 proisraelís y tres no alineados que atacan también en esta guerra.
El Estado israelí, que alberga en su territorio a algunas de las más potentes firmas tecnológicas del mundo, no precisa tanta ayuda hacker como Hamás. Imitando a Ucrania tras el inicio de la invasión rusa, Ghosts of Gaza y Ghost of Palestine, hacktivistas de la milicia apoyada por Irán, hicieron un llamamiento en octubre pasado a hackers de todo el mundo para que atacaran intereses israelíes.
Los israelíes han golpeado también en el ciberespacio, pero no a los gazatíes, sino a Irán. En diciembre, Red Evils consiguió penetrar y paralizar la red judicial de Irán, publicando además expedientes judiciales con los que acreditar corrupción en el país.
No está de acuerdo con el término Josep Albors, responsable de investigación y concienciación de ESET España, firma destacada en el campo de la ciberseguridad. No lo llama “ciberguerra” porque “esa guerra no se ha declarado como tal ni tiene como terreno exclusivo el ciberespacio”. Prefiere hablar de guerra a secas. Para Albors, lo que se ve en el ciberespacio entre Israel, Hamás y sus proxies es “un conjunto de operaciones híbridas que complementan a la guerra cinética”, o “actividades ilícitas en un campo de batalla ciber como preparativo de acciones militares”.
En otro punto de la trama privada de ciberseguridad española, el observatorio de la Unidad X63, un grupo de expertos que trabaja para Cipher, compañía del grupo Prosegur, también han podido seguir el uso del software malicioso Stone supuestamente por parte del bando gazatí, han confirmado a este diario expertos de la firma.
Quién gana
El peligro de golpes a infraestructuras críticas o empresas se ha agudizado tanto en el conflicto que, el pasado 7 de enero, el organismo israelí CiberDirectorio Nacional (INCD, parecido al Centro Criptológico Nacional, que en España depende del CNI) emitió un informe de alerta para sus ciudadanos.