Muere Indi Gregory, la bebé británica con una enfermedad incurable, tras ser desconectada del soporte que la mantenía con vida
Gregory y Staniforth, ambos de 30 años, de la localidad de Ilkeston, Derbyshire, que cuentan con el apoyo de la campaña Christian Concern, perdieron su batalla legal ante el Tribunal Superior y luego ante el Tribunal de Apelaciones de Londres.
Un portavoz de la organización cristiana, dijo que los especialistas habían retirado el domingo los aparatos.
La bebé era atendida en el Hospital de la Reina de Nottingham, norte inglés, pero luego trasladada a un centro para enfermos terminales.
Sus padres no lograron persuadir a los jueces para que revocaran la decisión de retirar el tratamiento, y también fracasó el intento de la pareja de trasladar a Indi a un hospital de Roma.
Los tribunales consideraron que llevarla a Italia no sería lo mejor para la niña.
Meloni lamenta la muerte
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, ha lamentado la muerte de la bebé. Italia le había concedido la nacionalidad para que recibiera tratamiento en un hospital de Roma, ya que se le había negado en el Reino Unido.
“Hicimos todo lo que pudimos, todo lo posible. Desgraciadamente, no fue suficiente. Buen viaje, pequeña Indi”
“Hicimos todo lo que pudimos, todo lo posible. Desgraciadamente, no fue suficiente. Buen viaje pequeña Indi”, escribió este lunes Meloni junto a una foto de la menor en sus redes sociales.
El Gobierno de la ultraderechista Meloni concedió el pasado lunes, con carácter urgente, la nacionalidad italiana a Indi Gregory después de que el Tribunal Superior de Londres rechazara una apelación de sus padres para que se les permitiera llevarla a Italia.
“La pequeña Indi Gregory se ha ido, una noticia que nunca quisimos leer. El gobierno italiano ha hecho todo lo posible, ofreciéndose a tratarla en nuestro país, lamentablemente sin éxito. Una conmovedora oración por ella y un sincero abrazo a sus padres”, escribió, por su parte el vicepresidente Matteo Salvini.
En una publicación en Instagram, Salvini recoge en “las palabras del padre” de la menor: “Mi hija murió, mi vida terminó a la 1:45. El Servicio Nacional de Salud y los tribunales no sólo le quitaron la oportunidad de vivir, sino que también le quitaron la dignidad de morir en su casa. Se las han arreglado para tomar el cuerpo y la dignidad de Indi, pero nunca podrán tomar su alma”.