Estudiantes y familiares durante una vigilia por las víctimas del tiroteo en la escuela Marjory Stoneman Douglas (Florida), en el que murieron al menos 17 personas.
En California, se trata de un comportamiento que puede ser considerado delito menor o grave. Se castiga con penas de prisión de hasta un año si es delito menor, y con hasta 3 años si el juez entiende que ha sido un delito grave.
Como la violencia en los centros educativos norteamericanos no acaba, muchos han pensado que la mejor opción es armar a los profesores. Lo defiende buena parte del Partido Republicano y el mismo expresidente Donald Trump. Hay 33 estados donde se permite a los profesores llevar armas, lo que en realidad hace que el lugar sea más peligroso para los chavales y para las personas que allí trabajan.
Hay 33 estados de EE UU donde se permite a los profesores llevar armas
En opinión del Giffords Law Center, “los llamamientos a armar a los profesores o a permitir que los estudiantes universitarios lleven armas sólo conducirán a más muertes y heridos por arma de fuego, no a menos. Por el contrario, las leyes que prohíben las armas en las escuelas e imponen duras penas por posesión de armas ayudan a mantener a salvo a estudiantes y educadores”.
Y aún peor en la Universidad. “La presencia de armas en las aulas de la enseñanza superior también supone una carga para el derecho a la libertad de expresión de la Primera Enmienda: las armas pueden impedir el discurso sincero que es fundamental para la experiencia universitaria”.
Muchas escuelas de EE UU han instalado detectores de metales y fortificado sus entradas en respuesta a la amenaza de tiroteos. Pero otras han optado por rediseñar completamente la arquitectura de sus edificios. Cuenta la NPR que ese ha sido el caso de la Fruitport High School de Michigan. Han optado por rediseñar completamente la arquitectura de sus edificios, gastando 48 millones de dólares en incorporar pasillos curvos y pequeños rincones para que los alumnos se escondan, entre otras mejoras orientadas a la seguridad.
Una escuela de Michigan ha gastado millones en hacer pasillos curvos y crear pequeños rincones para que los alumnos se escondan
Según Gregory Saville, editor de la guía de diseño escolar de la Asociación Internacional para la Prevención de la Delincuencia mediante el Diseño Medioambiental, con los años los colegios empezaron a instalar cámaras y a recortar los setos para mejorar las líneas de visión. Según Saville, esto formaba parte de un movimiento más amplio de arquitectura y urbanismo, que buscaba formas de reducir la delincuencia en entornos físicos.
